domingo, 20 de mayo de 2012

Error más común en de acabado final



Uno de los fallos más frecuentes con los que nos podemos encontrar en la última fase del proceso de repintado, en  bases bicapa, es un descuelgue del barniz (también conocido en el argot correón ,córrete, lágrima etc). Además es uno de los errores más repetidos sobretodo en los que se inician en este oficio ya que el desconocimiento de infinitos parametros, desenboquen en sucesos como los que veremos a continuación.

Cuando el barniz descuelga, es debido a una causa común, una sobre carga de producto en un punto determinado. Pese a ello cuando esto sucede, uno ha de ser consciente de la situación y plantearse lo siguiente : ¿Por qué se ha producido esa sobrecarga de producto en ese punto?

El  análisis de este aspecto, es el punto de partida desde el cual  podemos buscar diferentes causas que pueden haber propiciado el la acumulación de carga de producto.

Posibles causas causantes de los “Chorreones”:

La gran mayoría de veces se suele producir por culpa de la mano del pintor aunque en ocasiones puede haber agentes externos que propicien el hecho. El pintor de coches ha de tener en cuenta que, en superficies donde existe un cambio de curvatura (Pasos de rueda con aleta trasera por ejemplo) así como las superficies verticales,  son partes críticas, donde es más fácil de que se  pueda  producir este fenómeno.
-         En las superficies con cambios de curvatura se suele producir porque no se rectifica correctamente la distancia de aplicación y al llegar al cambio de curvatura se acumula el producto. Además, ese cambio de curvatura tambien puede provocar que la parte inferior del abanico vaya aportando material mucho antes de que se llegue a esa zona, con lo cual cuando se aplica directamente a esa zona, ya reside en ella una cantidad de producto con la que no se cuenta.
-         En superficies verticales: Suelen ser zonas más críticas que las superficies horizontales. Un capó por ejemplo, pese a que también se puede producir un descuelgue, el peligro de que este hecho suceda  es mucho más reducido. Por la simple ley de gravedad, en la superficie vertical no hay un elemento físico que aguante la carga de barniz mientras que  una superficie horizontal o con poca inclinación te permite una aplicación de carga mayor.

En otras ocasiones, un “accidente” como por ejemplo el simple hecho de pisar la manguera de aire también puede llegar a generar una lagrima.
Cuando se pisa la manguera de aire,  lo que se provoca es una bajada en la presión de aire en la salida de la boquilla de la pistola, que puede propiciar que en ese punto, al no dispersar el producto con el mismo abanico  (éste varia debido a la bajada de presión) se concentre mucho más producto por unidad de superficie (teniendo en cuenta que el producto que se aplica por unidad de tiempo es el mismo), provocando así el indeseado descuelgue.

Con la multitud de productos que se ofertan hoy en día, se ha de prestar especial atención a cada producto. Cada gama de barniz, cada marca, tiene un protocolo de aplicación y unas recomendaciones del fabricante de cómo se ha de aplicar el producto. Es esencial que se adecue en la medida de lo posible a la forma especificada tanto de presión, distancia, tiempos de evaporación así como el porcentaje (%) de disolvente que se ha de añadir. A continuación expondré un ejemplo relacionado:

 Si una vez aplicada la primera mano de barniz, no se respeta el tiempo marcado de evaporación o secado marcado por el fabricante, durante el transcurso de la segunda mano podrían producirse descuelgues. En este caso no dejaría de ser una sobrecarga de producto, ya que la primera mano al no haber secado lo suficiente y no tener el poder de agarre necesario, el barniz aplicado en la segunda mano podría arrastrar al ya aplicado en la primera. 

 Aunque en menor medida, también puede tener responsabilidad el hecho de utilizar un catalizador u otro (sobretodo en épocas de frió y humedad). Como opinión personal y siempre bajo la experiencia de los productos que yo he aplicado hasta el momento, prefiero siempre trabajar con barnices lentos si hay ( como en el caso de Lesonal) o con catalizadores y disolventes lentos  en el caso de los demás productos que he tenido oportunidad de utilizar. Esto es así porque al trabajar con productos lentos el material se comporta de forma estándar y trabaja de la forma para la que ha sido diseñado. Contra más rápido queramos que el producto finalice su estirado y su secado, más forzado trabajara este, con el consecuente acabado que puede tener, siempre distinto al deseado.

Otro motivo por el cual se puede producir una sobrecarga de producto, puede deberse a una detención en un punto de la superficie en la que estamos trabajando con una misma presión de aplicación, o una reducción de espacio entre la boquilla de la pistola y la superficie en la que estamos trabajando. No efectuar una pequeña reducción en la presión del gatillo cuando iniciamos un cambio de sentido mientras estamos aplicando podría ser un ejemplo claro de este caso. Esto es debido a que en el transcurso del tiempo que “frenamos” la mano hasta velocidad 0 y iniciamos la marcha en sentido contrario, en ese espacio de superficie se agrupa una cantidad de producto de forma excesiva. Esto es característico en laterales completo ya que nuestro brazo no alcanza a hacer todo el lateral de la misma tirada y se suele trabajar por partes.

Por ultimo podríamos definir como otro fallo de aplicación que puede producir un descuelgue, el hecho de realizar la aplicación a  una distancia y presión inadecuadas. Cada fabricante de barniz aconseja la aplicación de cada uno de ellos en unas condiciones determinadas. Es cierto que la experiencia, como en casi todo, te puede “permitir” forzar un poco ese producto.
-         Si  cambiando la presión y la distancia recomendadas, será de obligatorio cumplimiento el compensar estos cambios de la siguiente forma
-         si aumentamos la presion o Aumentamos la distancia y la velocidad de la muñeca.
-         Si disminuimos la presion podemos disminuir tambien la velocidad y la distancia
De todas formas  lo mejor es que se apliquen las condiciones recomendadas por el fabricante porque toda variación de estas normas puede suponer una bajada de rendimiento del producto durante la aplicación y tras  la aplicación.
 
Para acabar y haciendo un poco de reflexión, para todo aquel que ejercite estas tareas a cargo o por orden de terceros,  así como a todos aquellos que se estén iniciando en la profesión, decirles que es fácil oír con frecuencia frases como :
 Mira ahí te has colado, Te ha colgado he, Ahí tienes un chorrete…Como has fallado asi.?

Pues no hay cosa más cierta que solo le puede suceder algo así a todo aquel que se atreve a coger una pistola aerografica y con conocimiento de causa aplica en este tipo de superficies. Pues no somos robot, somos humanos y todos podemos cometer errores. La mejor medicina para combatir estos indeseables sucesos es la concentración, la valentía y sobretodo el conocimiento, para ser capaces de identificar en cada momento el porque de cada situación. De esta forma es mucho más fácil repetir los errores en el futuro.
De lo contrario, si no conocemos la razón exacta por la cual se ha cometido un error así, obviaremos la rectificación pertinente con la consecuencia repetición cíclica del fallo a lo largo de los años. (Característica de un mal profesional).